Decoración&Tendencias

El frío se hace sentir y una buena alternativa para apañarlo es la colocación de gruesas cortinas que limiten el ingreso de la temperatura exterior.

Aunque no hay un género de tela específico aislante de temperatura, es lógico que las de mayor espesor son las que mejor funcionan. De esta manera, encontramos géneros como el chenille, de textura afelpada, suave y un media despareja; el jacquard, ligeramente sedoso, de estampas muy bonitas y llamativas; y panamá, una de las más escogidas en ambientes informales pues su natural rusticidad es única.

Otra alternativa son las cortinas forradas con satine o moleton (tela tipo paño que se coloca entre la tela de vista y el forro de atrás), que aíslan nuestra vivienda de ruidos y fríos exteriores.

Además, disponemos de las cortinas de doble cortinado (valga la redundancia), que no sólo permiten un millón de combinaciones de texturas y colores, sino que también, al consistir en una doble cortina hecha en una primera tela pesada y otra liviana por detrás, nos posibilita en invierno tener un mayor resguardo del frío y en verano, al retirar la primer cortina, obtener ambientes más frescos y luminosos.

Finalmente, las cortinas blackout son lo último en decoración, siendo una moderna opción para combatir las bajas temperaturas en invierno y las altas en verano. De varios colores, lisos y estampados, el blackout es un excelente aislante termoacústico.


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